viernes, 12 de noviembre de 2010

Poco Hombre Poco

Poco Hombre Poco


El té se acabó


y su sabor amargo

prevalece

en la punta de mi lengua,

en lo oscuro de mi garganta

Mis pulmones

consumieron

todo el tabaco posible

y hoy me siento más pesado,

el aire más denso.

Te estuve esperando con los ojos rojos,

las manos impacientes y los pies fríos.

Dónde estabas,

no lo sé,

pero una lluvía fina

caló los huesos y el alma

de este poco hombre poco.

No pude alejarme de la pantalla

y lo mortecino de su luz

cegó mi ilusión y quebró mi sueño.

Es difícil

dormir,

vivir,

amar sin tí.

Es duro no verterme junto a ti

y no estás

en el reflejo del espejo,

en esa foto,

junto a mi almohada,

desnudo de todo,

vacio de todo.

Qué quieres que te diga

si la costumbre de tus manos

ya no acaricia mi cuerpo.

No estoy para nadie,

ni el cielo

ni el té

ni el tabaco

están para mí tampoco.

Te busco en mis recuerdos

y tu rostro y tus manos y el cielo en tus ojos

se difuminan y no te veo.

Cuando mi voz de barro

emitió un desconche

supe

que era tarde para lamer

mis heridas y escapar

de todo, porque todo

lo mío eras tú

pero

tú no eras todo lo mío.

Y no pude olvidarte

y me repito

como un autómata

en un cuerpo de venas y sangre oxidada,

just say love.

Just say love

just say it

just love.

1 comentario:

Alejandro Cano Sanz dijo...

¡ay la búsqueda el anhelo del amor!
Déjalo llegar lento.
Besos
Alej.