viernes, 5 de marzo de 2010

Era tarde cuando llegó la lluvia
Y yo llegué pronto
Para ver las primeras gotas
deslizarse por las baldosas de la calle

Era tarde cuando cesó la lluvia
Y yo llegué pronto
Para ver las últimas gotas
Secarse en las baldosas de la calle

Era tarde cuando llegaste tu
Y yo llegué pronto
Para ver como
las primera y últimas
gotas de lluvia
Se agolpaban en tu pelo,
buscando la armonía
en tu eternidad de rizos.

El beso fue inconsciente,
nacido de la rutina
de tardes esperándote
en la boca del metro.

despierta, despierta
maldito loco,
es tan solo un beso de tantos.
Nuestros besos,
Solo nuestros,
Pero tantos...

Fundiste tu mano en el hueco de mi brazo
Y caminamos, despacio,
Desgastando la acera a cada paso.

De pronto me detuve y te extrañaste,
Mostrando en tu rostro
Lo antiguo de las arrugas.

Pensé,
joder,
la eternidad no es armoniosa.

Bésame que se agota el tiempo.